Cuentos de Nocturnio y Alevosio XVIII:
El extraño caso del Guardia Civil corriendo en el huerto
y del camión que perdió sus ruedas.
Cirrocojos y Estratociegos
Oriónidas y Gegenschein
Foi a luz e a luz foi
Habíamos llegado —tras más de dos horas y media de recorrido— con una intención, retratar la Luz de Gegenchein. Y, aunque tenue, pudimos fotografiarla en medio de tanta luminiscencia nocturna (airglow) y contaminación lumínica.
Muy alta, limpia, brillante, sutil, amplia. Hacia el sur de la bóveda. Contemplada primero a ojo. Después, a primer foco y con la posibilidad de estar difuminada por las tan imperceptibles nubes altas. Ésas que alcanzan los límites de la troposfera. Cirroscojo y Estratosciego con o sin ese
Aún habiendo pasado, supuestamente en la mesosfera, las fugaces noches de oriónidas; hubo muchas, tantas que, mientras cenábamos dedicamos la
Mientras tanto, el telescopio de Dani, escudriñaba un cielo profundo de interesantes nebulosas que astrofotografiar.
Transcurrió la madrugada en comentarios versados de cerros y revueltas; de vientos inapreciables capaces de derribar el fotograma más apasionado y, como otras veces, en aquel desnivelado valle que proporcionaba una humedad infinita.
Las ópticas vestidas de luto y espuma sudaban sudarios de agua y vapor.
Parece que refrescaba.
Nubes de altísima presencia cerraban el ciclo por agotamiento de las pilas y la carrocería impregnada delataba tanta humedad ambiental procedente del suroeste; precedente de lluvias próximas.
Solos, como siempre, los conejos vela delimitaban la estrecha línea de la calzada y de la vida; qué el asfalto les sea ligero. Quién invidente vive alegre, muere peligrosamente
Y encomendándonos a nuestro santo patrón MɐiobüR, recogimos plegando bártulos.
The Sound Defects: The Iron Horse