Inhóspitos barbechos
Extensas fronteras inquietantes
Aparecieron, como las luces de un coche, que lo perturbaron todo.
Rompiendo los esquemas, trastornando el silencio. Contaminando
—una vez más— con su luz la cerrada y oscura noche.
Todo echado a perder, todo echado al monte
Entre las nieblas —densas— tres o cuatro estrellas y Venus aún visible,
como un símil a su atmósfera densa
Árboles —deshojados— contraídos al frío para contener el invierno
permanecen quietos, inertes; sin vestidos.
La sensación de frío aún es mayor, pues las gotas rocían la cámara, las manos y la capucha que, puesta, protege del viento que comienza.
Será una noche inquieta —en las casas festejos y celebraciones. Luces y cantos— pero, fuera, la naturaleza no entiende de encantamientos. Es otro tiempo. No sabe de *Istorias, ni de otros *Cuentos
La niebla lo envuelve todo, o casi.
Se cierne sobre campos labrados y barbechos.
De madrugada —cuando despunte *Al Alba habrá *cencellada
Fechorías —con traje de invierno— ladra mirándome extrañada por qué no nos vamos. El frío se siente cada vez más fuerte.
Es ^Engelado, el viento.
Desmonto el tinglado.
Recojo bártulos.
Cargo la mochila. Regreso
[Nota a pie:
*Istoria = Historia, pero desde otra perspectiva
^Engelado = Engelante
*Al Alba = Hubo una *cencellada diferente hace décadas que segó la vida a muchos. Lo expresa el tema musical de Paco Ibáñez ]
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La Niebla:
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