25/9/17

Valentina a pares acordados...Reunión anual celebrando por boedromion, a otoño *entrante(s)




   Durante la reunión anual para la celebración ──con mantel y vino── la subida hasta El Yelmo se realizó pausadamente. Había tiempo sobrado y visitamos otros lugares que cuando llueve alcanzan los noventa centímetros de agua en sus parte más profunda.
Lugar estacional para una lámina tan esencial que dentro de la cuál se desarrolla todo un elenco de diversidad en frágil biotopo, muchas veces, bajo gran presión de domingueros que con sus perros sueltos rompen tan mínimo equilibrio al permitir que sus canes se zambullan en tales cristalinas aguas. Irrumpiendo e interrumpiendo así el ciclo de decenas de anfibios e insectos que dependiendo de esa estacionalidad mueren en pleno y breve crecimiento.

Las rocas caballeras  ──mal llamadas piedras──  son producto del descanso sobreasentado que las partes no desgastadas de lo que queda de granitoides y leucogranitos nos dejan perplejos por su sencilla complejidad en tan aparente equilibrio. En realidad, todas aquellas que vemos en el fondo, más adelante, en un completo caos de bloques son tantas que, tiempo atrás, perdieron el derecho a ser soportadas por la inferior y que llegado su erosionado sostén al límite se precipitan montaña abajo.

Contemplamos con ojos de futuro, a través de la cámara y como si de una máquina del tiempo fuera, lo que posiblemente ha ocurrido y seguirá ocurriendo.

Los callejones por los que bajaremos son un dédalo laberíntico que en más de una ocasión nos ha perdido ──aún conociéndolos sobradamente── el camino. Son como en la vida, metáfora de las veces que nos apetece salirnos de la rutina habitual. Un símil, un parecido al que retornar por puro capricho y explorar vericuetos poco transitados...salvo por las cabras.
Dormideros y cálidos rediles.

Carlos, Benji, Fernan y yo, con puntualidad extrema cuasibrexit  ──que ahora está de moda──  nos citamos como siempre bajo los mismos árboles dónde tantas veces estacionamos ambos vehículos y después de los saludos y abrazos del encuentro repartimos las fiambreras, útiles, viandas y cuerdas entre todos. Diez minutos más tarde iniciamos la marcha.
La tranquilidad y las entretenidas fotografías nos llevaron a pie de vía en un par de horas, tanto por la senda Carboneras como por aquellas otras rampas que cruzan la Gran Cañada.

Clara  ──la madrugada──  es fresca, no en demasía y mana luz radiante anunciando solaz mediodía.

En una rotonda o glorieta ──qué no redonda── poco antes de la salida de la ciudad, hacemos un alto y señalo hacia el cielo oriental  ──para indicar a mis ilustrados acompañantes──  que Luna, Venus, la estrella Régulo, Marte y Mercurio se pueden contemplar, a ojo de buen cubero, sin demasiados esfuerzos (la madrugada siguiente, el 18, me encontraría fotografiándolos desde otro punto de la megalópolis y en estación distinta, aún siendo verano y a las puertas de la siguiente)
Reemprendemos la marcha y les recuerdo que, por ese punto de esa mañana, entre Venus y Selene, la nave ISS Zaryá pasaba a gran velocidad, minutos antes.


Ya a pie de vía se dispusieron dos cordadas. Carlos acordaba con Benji sus seguros y Fernan enlazaba su seguridad conmigo mediante umbilical cuerda auxiliar suficiente para esta vía de aproximadamente ciento cincuenta metros de altitud y que corona a esta peña por su cara oeste.


       El primer progreso en adherencia del arranque por el diedro fue mío que en silencio completé hasta las primeras placas del estribo dónde apalancando espalda y piernas doy la vez a Fernando en su primer contacto con la escalda en roca, pues al fin su brazo se encuentra curado.
No hubo nada qué temer, todo calculado y salvo unos percances con sus suelas llegó con absoluta firmeza hasta mi presencia; pues supo apoyar correctamente en la coquera del diedro las encuñadas zapatillas e intuitivamente relanzarse bavaresa arriba.


Un instante de sosiego después estábamos ambos en la primera reunión viendo como la segunda cordada avanzaba, aunque una ligera duda recorrió el semblante de mi tutelado que en breve intercambio de palabras y ánimos quedó para siempre resuelto.
Los ojos ──de ambos──  recapacitan juntos cuando las palabras se fundamentan en la confianza y la mente se tranquiliza al saberse poseedora de su propia y egoísta fuerza. Nada qué ver con otras lejanas o ajenas que puedan poner nuestras esperanzas fuera de nosotros. Pensar es la facultad que nos hace avanzar sin temor; contrario a creer que es verbo creado para depositar nuestras propias facultades en inexistencias nacidas de la ignorancia...O del interés para descargarnos de casi toda culpa, echando balones fuera.


Carlos avanzó asegurando a Benji  ──el cuál en dos ocasiones anteriores conmigo demostró una gran destreza resolviendo muy adecuadamente el paso por el bloque que todo lo entorpece── que alcanzaron nuestra posición y juntos disfrutamos de vistas y fotos, pues ése es el principal objetivo de toda escalada; contemplar el paisaje, no sólo desde arriba, también desde cada tramo de la pared sobre la que se progresa.

El psicobloque lo atacó primero Carlos, desde dónde aseguró a todos los demás para evitar contratiempos innecesarios. De esa forma no sólo se evoluciona más rápido en el avance, también se determina qué medidas y técnicas se deben tomar para habituarse en las visitas en solitario y en estado puro de adherencia.



Reunidos tras este estorbo y comentados algunos temas y consejos avanzamos entre risas por tantas y variadas fotos que sobre las inclinadas paredes se van haciendo.
Pasos, poses e interrogantes momentos que jocosamente reconducen nuestros gestos.




Llegados a la cima, hicimos cumbre de rigor, disparamos (más) fotos y sobre una roca que hay hacia la diaclasa norte o gran fisura de escape dispusimos nuestro altar de almuerzo.
Así son los ritos y que cuando lleguemos a la ancianidad recordaremos, tal vez, con una sonrisa...Qué tiempos



Dónde escalar no está reñido con un almuerzo a la carta y elegante mantel de mesa y campo


Primero:
Ensalada de atún Calvo, tomates Cherry, alcaparras, pepinillos, almendra y manzana con regado de aceite de oliva extravirgen al limón Chinata  y Jerez.
*Entrante(s):
Crema de queso de Cabra para untar Flor de B.
Crema de queso de Emmental Flor de B.
Pan de pipas
Segundo:
Jamón, a cuchillo, de cerdo ibérico
Queso curado G.C.
Lomo de cerdo ibérico
Pan con pasas, avena y centeno
Postres:
Piña natural de postre, almendras y diversos bombones de Aragón.

Café solo arábiga para unos
Café con leche para otros.
Agua, azucarillos y aguardiente...Bueno, esto es una zarzuela

Vino tinto Rioja Lagunilla...copa, mochila, mantel, platos y vasos de acero y cubiertos
Siempre estamos a cubierto

Regresando






...Nos vemos por la pared de Santillana...

Mi foto...a mandar...Bricd


Harry Styles: Sign of the Times